Es lo que tiene los coches actuales: cuanta más tecnología incorporan, raro es que cuando no falla una cosa, lo haga otra. Pura estadística. Por eso tienen tanto éxito los Dacia: coches robustos, con buenos motores, económicos y simples (como los de hace diez años). Lo cual hace que las probabilidades de averías se reduzcan considerablemente, y que en el fondo, cumplan su función: llevarte de A a B con el menor coste posible.
Si nos ponemos analizar, la verdad es que la mayoría de las cosas tecnológicas actuales sobran: elevalunas eléctricos (sobre todo los traseros), ayuda para el aparcamiento, ya sea por sensor o por cámara (¿es que antes nadie sabía aparcar?), retrovisores eléctricos plegables (dos motorcitos más, que con los portazos, se van al carajo enseguida), el coñazo del avisador de presión de neumáticos (proximamente obligatorio por la UE, pero que las pía en cuanto baja un bar la presión), navegador y gps (hasta hace nada nos apañábamos con un mapa de carreteras en papel, que no costaba actualizarlo todos los años 120 €, como el de Peugeot), radios con pantallas táctiles, con lo sencillas que siempre han sido las radio-car convencionales,...
En fin, un montón de tecnología que nos venden como para solucionarnos la vida, cuando en realidad nos la está complicando.
Un saludo, y que no sea nada.